Ministerio La Iglesia Abierta
  Nuestras Creencias Fundamentales
 

 

Las Sagradas Escrituras
Aceptamos la Biblia como nuestro único credo y sostenemos que ciertas creencias fundamentales son enseñanzas de las Santas Escrituras. Es inspirada por Dios y es la máxima fuente de autoridad, contiene: “la palabra de Dios” que es la verdad. Con ella conocemos la verdad y nos lleva a la libertad que se centraliza en Cristo Jesús.  Estas creencias, así como están presentadas aquí, constituyen el entendimiento y la expresión de la iglesia sobre las enseñanzas de las Escrituras. Las Santas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento son las Palabras escritas de Dios, dadas a los hombres santos por divina inspiración de Dios quienes hablaron y escribieron así como fueron movidos por el Espíritu Santo. En Su Palabra, Dios ha entregado al hombre el conocimiento necesario para la salvación. (2 Pedro 1:20,21; 2 Timoteo 3:16,17; Salmos 119:105; Hebreos 4:12.)
La Trinidad
Hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas coexistiendo por la eternidad. (Mateo 28:19; 1 Pedro 1:2)
Dios
Dios es el Creador y Rey del universo y de todo lo que existe. Ningún ojo jamás le ha visto. Es Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente. El Padre, el hijo y el Espíritu Santo son una sola persona; un solo pensamiento. Dios es amor. Él es justo y santo, misericordioso y piadoso, lento con la ira, y abundante en constante amor y fidelidad. (Génesis 1:1; Apocalipsis 4:11)
Jesucristo
Es la imagen visible de Dios, único mediador entre Dios y los hombres. Vino a la tierra en forma de hombre a morir en la cruz para pagar la deuda de nuestro pecado trayendo salvación a sus hijos. Fue concebido del Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Él vivió y experimentó la tentación como todo ser humano pero ejemplificando perfectamente la rectitud y el amor de Dios. Por sus milagros Él manifestó el poder de Dios y fue demostrado como el Mesías prometido de Dios. Él sufrió y murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro lugar. (Juan 1:1-3, 14; Juan 10:30; Romanos 6:23; Juan 14:1-3.)
Espíritu Santo
Es el Espíritu de Dios que habita en el corazón de un cristiano. Jesús lo llamo “El Consolador” y su propósito es darnos aliento espiritual, guía, comunión, corrección y nos redarguye cundo cometemos faltas. Es el Poder de Dios en nosotros. Él inspiró a los escritores de las Escrituras. Él lleno la vida de Cristo con poder. Él llama y convence al ser humano y aquellos que responden, Él los renueva y los transforma a la imagen de Dios. Enviado por Dios y el Hijo para estar siempre con sus hijos. (Lucas 1:35; 4:18; Hechos 10:38; Juan 14:16-18, 26)
La Creación
Dios es Creador de todas las cosas, y ha revelado en la Escritura el relato auténtico de Su actividad creativa. En seis días el Señor hizo los cielos y la tierra y a todo ser viviente sobre la tierra, y descansó el séptimo día de esa primera semana. Cuando el mundo fue acabado era muy bueno, declarando la gloria de Dios. (Génesis 1:1-31; 2:1-25; Hebreos 11:3)
La Naturaleza Humana
El hombre y la mujer fueron hechos a la imagen de Dios con individualidad, con el poder y la libertad de pensar y actuar. Aunque creados como seres libres, cada uno es una unidad inseparable del cuerpo, la mente, y el alma, dependiendo de Dios para la vida, el aliento y toda otra cosa. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, ellos negaron su dependencia de Él. Su descendencia sufre también por su naturaleza caída y por sus consecuencias. Ellos son nacidos con debilidades y con tendencias al mal. Pero Dios en Cristo reconcilia al mundo. (Génesis 1:26-28; 2:7; Romanos 5:12-17)
La Experiencia de la Salvación
En infinito amor y misericordia Dios dejo que Cristo quien no conoció pecado, llevara pecado por nosotros para que en Él pudiéramos ser hechos rectos ante Dios. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra manera pecaminosa, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo. Permaneciendo en Él somos hechos partícipes de la naturaleza divina, y tenemos la seguridad de la salvación hoy y en el juicio final. La salvación es un regalo que Dios nos otorga por “GRACIA” ya que el hombre no puede salvarse así mismo debido a su condición pecaminosa. La salvación es “ETERNA” y es justificado por “LA FE”. (2 Corintios 5:17-21; Juan 3:16; Gálatas 1:4; 4:4-7; Romanos 8:1-4; 5:6-10)
El Crecimiento en Cristo
Por su muerte en la cruz Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal. La victoria de Jesús nos da victoria sobre las fuerzas del mal que continúan procurando controlarnos. Ahora el Espíritu Santo vive con nosotros y nos da poder. Continuamente comprometidos con Jesús como nuestro Salvador y Señor, somos libres de nuestros hechos pasados. En esa nueva libertad en Jesús, somos llamados a crecer en semejanza a Su carácter, comulgando con El diariamente en oración, alimentándonos de Su Palabra.(Sal.1:1, 2; 2 Pedro 2:9; 3:18; Hebreos 2:18)
El Bautismo
Practicamos el bautismo ‘por inmersión en el agua” ya que fue la manera en que Jesús lo practico e instituyo. Con el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección de Cristo Jesús, y testificamos de nuestra muerte al pecado y de nuestra intención de caminar en una vida nueva. El bautismo es símbolo de nuestra unión con Cristo, del perdón de nuestros pecados, y de nuestra recepción del Espíritu Santo. Sigue a la instrucción en las Santas Escrituras y a la aceptación de sus enseñanzas.  (Romanos 6:1-6; Hechos 16:30-33; 22:16; 2:38; Mateo 28:19, 20.)
La Cena del Señor
La Cena del Señor es una participación de los emblemas del cuerpo y sangre de Jesús como expresión de fe en Él, nuestro Señor y Salvador. En esta experiencia de comunión Cristo está presente para reunirse y fortificar a los suyos. Al tomar parte alegremente proclamamos la muerte del Señor hasta Su próxima venida. La preparación para la Santa Cena incluye un examen de conciencia, el arrepentimiento, y la confesión. El servicio de comunión es abierto a todo creyente cristiano.(1 Cor. 10:16, 17; 11:23-30; Mat. 26:17-30; Apoc. 3:20; Juan 6:48-63; 13:1-17.)
La Ley de Dios
Los grandes principios de la ley de Dios son incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Ellos expresan el amor de Dios, Su voluntad, y propósitos concernientes a la conducta humana y su relación. Por medio de la obra del Espíritu Santo, estos señalan el pecado y despiertan el sentido de necesidad de un Salvador. La salvación es completamente por gracia y no por obras, pero sus frutos es la obediencia a los Mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y produce la sensación de bienestar. Es una evidencia de nuestro amor por el Señor y de nuestra preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y para fortalecer la testificación cristiana. (Éxodo 20:1-17; Mateo 22:36-40)
La Mayordomía (Diezmos y Ofrendas)
La iglesia de Cristo necesita de la “Generosidad” de los creyentes para el sostenimiento de su causa. Dios requiere que cada uno ofrende como proponga en su corazón. Dios ama al dador alegre; a través y por medio de los diezmos y ofrendas. Somos los mayordomos de Dios a quienes Él ha confiado tiempo y oportunidades, habilidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus recursos. Somos responsables ante Él por su uso apropiado. (Malaquías 3:8-12; 1 Corintios 9:9-14; 2 Corintios 8:1-15; Romanos 15:26, 27.)
El Matrimonio y la Familia
La familia es una institución divina en la que establece al hombre como la cabeza espiritual de la misma. El hogar debe ser cuidado de la misma manera como Cristo cuida a su iglesia. El matrimonio fue divinamente establecido en el Edén y confirmado por Jesús como unión para toda la vida en compañerismo amoroso de un hombre y una mujer. El hombre es la corona de la creación de Dios, hecho a su imagen y semejanza, compuesto por tres partes: Espíritu, alma y cuerpo. Es imperfecto y nace con la tendencia al pecado. Solo obtiene su salvación a través de Jesucristo, el solo no lo puede lograr. (Génesis 2:18-25; Juan 2:1-11)
La Segunda Venida de Cristo
La segunda venida de Cristo es la esperanza bendita de todo creyente. La venida del Salvador será literal, personal, visible, y mundial; todo ojo le vera. Cuando Él regrese, los muertos justos serán resucitados y juntos con los vivos justos serán glorificados y llevados al cielo. La hora y el tiempo de ese evento no han sido revelado; pero somos exhortados a estar listos en todo momento.(Tito 2:13; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; Apocalipsis 1:7)
La Muerte y la Resurrección
La paga del pecado es muerte. Pero Dios quien sólo posee inmortalidad, concederá vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día, la muerte es un estado de inconsciencia para toda persona. La segunda venida de Cristo Jesús los justos, los que hayamos muerto en Cristo resucitaremos, y viviremos con El por toda la eternidad. (Romanos 6:23; Eclesiastés 9:5, 6; Juan 11:11-14; 1 Corintios 15:51-54; Juan 5:28, 29)
La Tierra Nueva
En la tierra nueva en donde los justos vivirán, Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un perfecto ambiente adecuado para la vida eterna. Dios mismo morará con su pueblo; no habrá mas dolor y no habrá mas muerte. (2 Pedro 3:13; Isaías 65:17-25; Apocalipsis 21:1-7; 22:1-5)
*Estas son las creencias en que nuestra Iglesia cree y sostiene firmemente. Estas creencias definen nuestra iglesia doctrinalmente; y están basadas en un solo libro, La Biblia.
 
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